Las aves-plaga un problema real
A menudo la tolerancia tradicional a las aves-plaga cómo las palomas, nos puede jugar una mala pasada. Pensamos que siempre han existido, y que por tanto no requieren de una control especial. Nada más lejos de la realidad.
Es posible que las palomas en ámbito rural no sean potencialmente tan dañinas para la salud pero sí para cultivos y inmuebles. Aunque cómo veremos más adelante, pueden jugar un papel realmente peligroso para la salud, ya sea en ciudad cómo en los pueblos.
Los excrementos de palomas favorecen el crecimiento de organismos nocivos cómo los hongos
Las palomas en la ciudad, tienden a vivir en ámbitos más recluidos y con grupos de individuos más apretados. Además la interacción entre el hábitat humano y las palomas puede llegar a ser incluso más elevado que en el campo. En ciudad los edificios más agolpados, con sus patios y patinejos, sus ventanas de ventilación que a menudo pueden ser un aporte de patógenos para las personas (enfermedades asociadas: alveoltitis pulmonar, histoplasmosis, salomenlosis, etc).
Pero no sólo eso, acompañando a las palomas, también hay otros individuos que juegan un factor decisivo, que son las plagas asociadas a las palomas, éstas pueden afectar la vida del ser humano.
Ácaros de las palomas (arriba) picada de ácaro (abajo)
Las plagas asociadas a las palomas que hemos encontrado más abundantes en éstos últimos años, sobretodo en Barcelona y su área de influencia metropolitana son los ácaros de las aves (Ornithonyssus spp), la mosca de las palomas (Pseudolynchia canariensis) y los escarabajos negros de las palomas (Alphitobius diaperinus). Estas plagas asociadas, acostumbran a llevar patógenos consigo y si bien los dos últimos pican a las aves, los primeros pueden picar a las personas pudiendo causar problemas sanitarios.
Mosca de las palomas
En conclusión, cabe decir que es necesario el control de palomas en edificios para evitar poner en riesgo la salud de personas y animales domésticos.